

Celebran el vínculo entre el poeta y político cubano José Martí con la Niña de Guatemala, María García Granados. El acto de homenaje se celebró en la tumba de García Granados. La tumba que resguarda los restos de la Niña de Guatemala fue presentada luego de trabajos de investigación que permitieron establecer su identidad. "Quiero, a la sombra de un ala, contar este cuento en flor: La niña de Guatemala, la que se murió de amor", este texto se puede apreciar en letras doradas en la plaqueta que la Embajada de Cuba colocó en el mausoleo de la familia García Granados, en el Cementerio General. Esta actividad es parte del recorrido Martiano, que engloba visitas a la casa donde vivió Martí, la casa de María García Granados, el Instituto Central, la antigua Escuela Normal y las iglesias San Francisco, La Merced y La Recolección, entre otros lugares. Este recorrido conmemora el paso del poeta cubano por Guatemala. La historia de amor En 1877, José Martí enseñaba en la academia de niñas de Centro América. Allí como conoció a la familia del ex presidente Miguel García Granados, quienes le tenían gran estima. Granados tenía varias hijas, entre ellas había una que llamó la atención de Martí. Se llamaba María. Era alta, esbelta, de cabello negro, abundante y crespo. En pocas palabras, María reunía elementos de gracia y belleza que no fueron indiferentes al cubano. “La primera vez que se vieron con Martí fue en una fiesta de disfraces, donde María vestía como Cleopatra”, relató Miguel Álvarez, durante la actividad. “Ella sabía que ver a Martí significaba su felicidad pero en su ausencia su tristeza aumentaba”. Martí enterado de los sentimientos de la niña, decidió abstenerse de ese amor pues estaba comprometido ya con otra mujer con la que se casaría en 1878. Martí regresó a Guatemala casado. Al poco tiempo de su llegada, el 10 de mayo, María murió. Unos dicen que sufría de tuberculosis pero Martí creía que de amor. Después de su muerte, María inspiró el famoso poema de Martí que refleja una mezcla de su amor, lamento y culpa. La niña de Guatemala Quiero, a la sombra de un ala, Contar este cuento en flor: La niña de Guatemala, La que se murió de amor. Eran de lirios los ramos, Y las orlas de reseda Y de jazmín: la enterramos En una caja de seda. Ella dio al desmemoriado Una almohadilla de olor: Él volvió, volvió casado: Ella se murió de amor. Iban cargándola en andas Obispos y embajadores: Detrás iba el pueblo en tandas, Todo cargado de flores. Ella, por volverlo a ver, Salió a verlo al mirador: El volvió con su mujer: Ella se murió de amor. Como de bronce candente Al beso de despedida Era su frente ¡la frente que más he amado en mi vida! Se entró de tarde en el río, La sacó muerta el doctor: Dicen que murió de frío: Yo sé que murió de amor. Allí, en la bóveda helada, La pusieron en dos bancos: Besé su mano afilada, Besé sus zapatos blancos. Callado, al oscurecer, Me llamó el enterrador: ¡Nunca más he vuelto a ver a la que murió de amor!