El sol sale en Panajachel, Sololá; es una mañana colorida y hace el clima perfecto, es hora de una nueva experiencia para un grupo de amigos, que con emoción y nerviosismo observan como preparan kayaks, chalecos salvavidas y remos que los llevaran a una increíble aventura. Luego que nuestros amigos se prepararan con su traje de baño, el equipo de profesionales kayakistas y guías de nuestra aventura bajan los kayaks al lago, uno por uno; mientras se dan instrucciones generales y recomendaciones de seguridad; los kayaks a utilizarse son dobles. Organizados en parejas, este grupo de amigos se colocan en sus kayaks y toman sus remos, Ahora están listos para que empiece el recorrido, mientras se giran instrucciones de no separarse del grupo. ¡Inicia la pequeña travesía! El bamboleo de nuestras embarcaciones y el movimiento del agua nos envuelve en su magia, algunos con poca experiencia tratan de coordinar la secuencie de los remos, mientras son acompañados de nuestro guía que los anima y orienta con instrucciones, poco a poco se toma ritmo en el canaleteo. Es así como empezamos a disfrutar del imponente paisaje de uno de los lagos más lindos del mundo, acompañados de patos y garzas que nos saludan con su hermosura y peculiares sonidos. Cuando el grupo atraviesa la bahía nos indican que dirijamos la vista hacia el pueblo de Panajachel, que cada vez se observa mas a la distancia, mientras nos acercamos a nuestro destino. Una pequeña pero alucinante playa llena de color y de magia; ahí tomamos un chapuzón, nos relajarnos, bromeamos y compartimos de nuestra primera parte del viaje. Ya que nuestra travesía duraría solo un día, era hora de ponerse de vuelta. Se escucha la voz de nuestro guía, que da indicaciones de tomar de nuevo nuestra embarcación y volver a nuestra base en la playa publica de Panajachel; entre risas y gritos de algarabía y felicidad, todos los kayaks, regresan a una distancia prudencial uno de otro. Los menos expertos ahora con más experiencia, llevan remo firme, sin que el guía descuide ni un solo momento de su seguridad. El pueblo se ve cada vez más cerca y los rostros de todos sin excepción refleja la satisfacción y alegría del viaje. Solo existe un tema de conversación y es: “¿Para cuándo la otra?; Eso sí, ¡hay que acampar!”. Lo escrito o lo dicho no logra explicar del todo la emoción de vivir esta experiencia, solo queda decir ¡Hazlo! y Cultiva muy buenos recuerdos. Una actividad turística promovida por Revista Guatemala Kayaks proporcionados por Diversiones Acuáticas "Balam"
